jueves, 24 de septiembre de 2015

Gerencia de la felicidad, un nuevo paradigma en Relaciones Humanas

Se exigen jefes que trabajen con la puerta abierta y que muestren disposición total a escuchar a sus empleados.

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El concepto clásico de empresa es aquel en donde lo más importante es aumentar las ventas y abaratar costos. Es el mismo donde el jefe es un tirano y cuando aparece todo el mundo calla como si estuvieran amenazados de muerte. Menos mal hoy existen empresas pioneras que toman la batuta y se anticipan tomando medidas innovadoras que cambian paradigmas.

Antes de que el tema de la felicidad generara libros, estudios y seminarios en todas partes, el banco chileno BancoEstado decidió ponerle especial preocupación dentro de la organización. Así se juntaron los altos mandos a discutir cómo maximizar la felicidad de sus empleados y el resultado fue crear una Gerencia de la Felicidad. El asignado para llevar esta tarea fue Rodrigo Rojas quien en entrevista con bloadingafirmó: “Si los líderes están convencidos de que las personas son importantes, ya está ganada la mitad del partido. La convicción y el cariño por lo que tú haces, lleva a cumplir el resto“. La idea era instalar el objetivo de que todos los empleados estuvieran contentos de trabajar donde trabajan. Para esto se le dio un giro también a la misión del equipo de Recursos Humanos. Si antes debían preocuparse de; pagar acorde al desempeño, otorgar beneficios o capacitar a los empleados, ahora se les agregó, como principio, el atenderlos de forma integral.

Así, convencidos de que esta revolucionaria idea tendría un efecto positivo en sus trabajadores pusieron manos a la obra y diseñaron un innovador sistema de trabajo que cambiaría la forma de trabajar hasta ese momento en la empresa.

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Desarrollar el concepto de “jefe de puerta abierta”

Se buscó hacer un cambio del paradigma de jefe. Ya nunca más se aceptaría esa figura distante e indiferente sino que a partir de ese momento, todo jefe debía trabajar con la puerta abierta. Esto para generar un espacio de confianza y de cercanía. Tener la puerta abierta, reunirse constantemente a conversar sobre temas que no respectan a lo laboral, realizar evaluaciones de jefes a empleados y de empleados a jefes durante el año, tener feedback, son algunas de las prácticas que permiten tener una relación horizontal.

Creación del Consejo Consultivo de empleados

Se creó un Consejo Consultivo compuesto por 46 personas que no pertenecen a áreas de jefatura y que fueron escogidas por sus compañeros de trabajo para que los representaran en una reunión cada dos meses en el que se trata el tema de las personas. Ellos asesoran a los gerentes en políticas que podrían implementarse para mejorar ciertas cosas y presentar las inquietudes de los trabajadores. Esto representa una revolución dentro del sistema convencional de empresas.

Flexibilidad de horarios y balance trabajo-familia

Este punto va derechamente enfocado a generar un equilibrio entre las horas dedicadas al trabajo y a la familia. No es posible que un trabajador deba rechazar un cargo de mayor responsabilidad por que este signifique menos horas con su familia. Se estableció un principio de flexibilidad de horario y se establecieron capacitaciones para lograr que lo que antes se hacía en dos horas, ahora se haga en una y el trabajador pueda ir antes a la casa. Sabemos que tener el tiempo para comer en casa o ir a dejar a tus hijos al colegio hace una tremenda diferencia en tu vida familiar y en tu felicidad.

Dar al rubro un sentido positivo

También quisimos realizar un cambio total respecto de la concepción del trabajo en el banco. Muchas personas tienen la imagen del banco como un rubro negativo y mal intencionado. Nosotros no queremos capacitar a nuestros empleados para entregar créditos, sino para cumplir los sueños de micro empresarios que de otra forma no podrían conseguir financiamiento. Queremos que nuestro personal se involucre con los clientes y darles la oportunidad de cambiar sus vidas. Tener un sentido en el trabajo te hace trabajar con otra motivación.Para quienes se estén preguntando si realmente existen beneficios  es que los resultados han sido increíbles en esta empresa. Según estudios del mismo banco, si en promedio el sector bancario tiene una rotación de 17%, en este banco ha descendido a un 2,5%. La gente no se quiere ir, y no tiene que ver con un tema de ingresos, tiene que ver con un tema de compensación emocional.

En resumen, un Gerente de la Felicidad se encarga de:

  • Diseñar iniciativas de motivación.
  • Fomentar el respeto en el área laboral.
  • Abrir canales de comunicación eficaces con los empleados.
  • Destinar el tiempo necesario para atender las inquietudes de cada trabajador.
  • Promover dinámicas de relajación e interacción para reducir el estrés.
  • Infundir optimismo en todo el personal.

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jueves, 17 de septiembre de 2015

Un cliente no es para siempre

¡Un cliente no es para siempre! 

A diferencia de lo que decía una publicidad sobre diamantes, un cliente rara vez es para siempre. Todos tienen un ciclo de vida. El secreto está en conocerlo para paliar las consecuencias de su pérdida o tratar de dilatarla en el tiempo.

Gastos que no suelen tenerse en cuenta al contratar personal

Gastos que no suelen tenerse en cuenta al contratar personal

Es una de las partidas que más costes esconde. Por eso, a la hora de hacer nuestro plan de empresa, hay que prestar atención a algunos de los desembolsos que conlleva contratar trabajadores.

De Word y Excel al programa de facturación

De Word y Excel al programa de facturación

La automatización y la gestión fácil, rápida y económica de tu negocio son las grandes ventajas de un programa de facturación.

Word y Excel son dos programas vastamente usados por las empresas. Su utilidad y potencial para realizar varias tareas es innegable. ¿Pero qué ocurre cuando tu facturación se vuelve más compleja? ¿Son Word y Excel dos herramientas fuertes?
Las desventajas de Word y Excel
Word y Excel son programas muy apreciados por autónomos y pequeños empresarios para hacer facturas. Su versatilidad, para quienes tienen pocos recursos, hace que estos programas sirvan tanto para un roto como para un descosido.
El problema aparece cuando tu facturación se dispara. Entonces es cuando Word y Excel empiezan a mostrar sus carencias. Y estas carencias acaban por afectar a la gestión eficaz de tu negocio.
¿De qué carencias hablamos? De las siguientes:
     • Word y Excel no “recuerdan” el número de la factura anterior, por lo que cada vez que haces una factura nueva has de acudir a la anterior para recordar el número.
     • Has de introducir todos los datos de tu cliente, producto, importe, tipo de IVA, etc., de forma manual, pues Word y Excel tampoco los recuerdan.
     • Word y Excel no están al día de las novedades legales.
     • Las modificaciones, aunque a simple vista parezcan fáciles, acaban siendo más lentas y pueden ser un quebradero de cabeza. Sobre todo has de vigilar que, si escribes sobre una factura ya emitida, que no olvides guardarla con otro nombre.
     • Una hoja de cálculo de Excel mal hecha puede costarle mucho a tu empresa. Hay un ejemplo famoso: en 2012, un error en la hoja de cálculo le costó al banco JPMorgan 9.000 millones de euros. Y esta, aunque la más sonada, no es la única pifia provocada por una hoja de cálculo de Excel.
     • El seguimiento de la factura se hace difícil. Word y Excel no llevan un control automático de las facturas que están pagadas o impagadas o de las que están vencidas.
     • La gestión queda almacenada en tu ordenador, lo que te obliga a estar haciendo constantemente copias de seguridad. Además que te limita la movilidad. ¿Qué ocurre si no tienes el ordenador a mano? Pues nada, a esperarse.
En resumen, la principal desventaja de Word y Excel es su falta de automatización para llevar la gestión de tus facturas. Lo que se traduce en una pérdida de tiempo y energías.
De Word / Excel al programa de facturación
Digámoslo claramente: hacer facturas no es lo más divertido de tu negocio. Word y Excel ayudan a salir al paso, pero consumen un tiempo precioso.
La automatización y la gestión fácil y rápida de tu negocio son las grandes ventajas de unprograma de facturación, cuya superioridad sobre Word y Excel es indiscutible, como lo es el automóvil sobre el carruaje arrastrado con caballos.
Aquí te mostramos las razones:
     • Un programa de facturación automatiza todos los procesos: no tienes que preocuparte por el orden de tus facturas ni otras manualidades como los datos del cliente, la descripción del producto, el precio o los importes. Además, las facturas se pueden enviar automáticamente por e-mail una vez completadas.
     • Un programa de facturación te organiza todo el tinglado de las facturas y te automatiza su seguimiento: en seguida tienes una perspectiva de qué facturas están pagadas y qué facturas están vencidas o están a punto de vencer.
     • Un programa de facturación está adaptado a la legislación fiscal y actualiza todas las novedades sin que tengas que preocuparte.
     • Con el programa de facturación la gestión de tus cuentas es más fácil: el control de tus ingresos y tus gastos están a un golpe de clic, lo que permite una elaboración sencilla y automática de los informes contables y fiscales.
     • El margen de error es menor. La automatización de la información reduce los errores potenciales derivados de ir introduciendo uno a uno todos los datos.
     • Una factura emitida desde un programa de facturación da un toque de profesionalidad que ni la plantilla más sofisticada de Word o Excel consiguen. Y eso ayuda a potenciar tu marca.
     • La información se guarda online, por lo que puedes acceder a ella desde cualquier dispositivo, desde cualquier lugar y a cualquier hora. Sólo necesitas un acceso a internet.
Con un programa de facturación delegas las tareas más engorrosas de tu negocio y puedes dedicarte más tiempo a los aspectos productivos.

¿No te convence todavía? Entonces haz la siguiente prueba. Descárgate una plantilla de factura para Word y Excel. Y ahora prueba Debitoor, nuestro programa de facturación. Y luego, hablamos.

Cómo hacer un inventario

Cómo hacer un inventario

Hacer inventario es una de esas tareas ingratas que, por pereza o desconocimiento, m­uchas empresas suelen retrasar más de lo razonable. Sin embargo, un control regular de tus bienes puede ofrecerte ventajas. Te decimos cuales.
Como hacer un inventario

Cada oveja en su rebaño o, lo que es lo mismo, cada producto en su sitio. Un buen inventario te facilita esa tarea de control.
La información es poder, dice una de las consignas más antiguas en el mundo de los negocios, y la mayoría de empresarios suele seguirla a rajatabla cuando se trata de estar al tanto de cualquier detalle de su sector. De igual forma, todo emprendedor ambicioso querrá saber lo más posible acerca de sus clientes: quiénes son, dónde están concentrados, su gasto medio... Sin embargo, en casa del herrero cuchillo de palo: ese mismo empresario, tan cuidadoso de puertas afuera, es posible que no sepa con exactitud qué bienes tiene dentro de su empresa ni cuanto valen esos activos. Es decir, el tipo de información que podría obtener simplemente tomándose la molestia de hacer inventario.
Con la realización del inventario se busca “comparar las cifras que tenemos según los libros con las existencias reales que hay en el almacén, calculando su valor y la calidad de las mismas”. Aunque este cálculo parece de sentido común dentro de un negocio dedicado a la producción o venta de artículos, resulta necesario en cualquier tipo de compañía ya que, como recuerda Casillas, “incluso una empresa de servicios tiene un volumen de existencias, aunque sólo sea el material de oficina, y hay que hacer recuento de ellas”.
¿CUÁNDO HACERLO?
Realizar inventario al menos una vez al año no deja de ser una exigencia legal en la medida en que cualquier sociedad debe valorar sus existencias con vistas al cierre contable. Por esa razón, muchas empresas suelen aprovechar el final del ejercicio económico para hacer recuento de sus activos.

Este inventario anual es una opción que “se puede realizar cuando existe un número limitado de referencias”. El inconveniente, destaca, “es que la empresa debe efectuar una interrupción de sus actividades de almacenamiento, paralizando las entradas y salidas” mientras dure el recuento.
Pero si no quieres detener tu actividad, tienes la posibilidad de hacer un inventario cíclico, a lo largo del ejercicio. “De esta forma, la empresa realiza cada semana o mes el recuento de un determinado número de referencias y cuando finalice el año habrá hecho ya el recuento total”.
CLASIFICACIÓN POR ACTIVOS
En cuanto a cómo debes clasificar tus bienes, recuerda que en un inventario que incluya todos los activos deberá existir una división entre lo que llamamos partidas de activo circulante (existencias del almacén) y las de activo fijo (maquinaria, instalaciones, edificios, mobiliario, equipos informáticos, etc). Todo eso, lógicamente, debe ser también objeto de inventario”, señala Márquez de la Cuesta.

Por lo que se refiere a los bienes consumibles (papel, bombillas, bolígrafos, papeleras), necesarios para la actividad pero de menor valor, se deben sumar en el circulante. Lo habitual es que se fije un límite de precio (con relación a su valor por unidad) y en función de éste se incluyan en una u otra partida.

EL INVENTARIO, PASO A PASO

Puede que pienses que los bienes de tu empresa son tan limitados que casi los puedes ir contando sobre la marcha, pero no olvides que un inventario es un sistema de control y, cuanto más preciso sea, mejor. Lo primero es verificar la ubicación de los artículos, es decir, localizarlos. Esa tarea debería ser fácil si has hecho los deberes previos: codificarlos todos. Asignar a tus activos unos códigos de ubicación y de producto te servirá tanto para identificar cada uno como su emplazamiento en el almacén.

Respecto a las herramientas necesarias, se trata de elaborar unas bases de datos, para lo cual debería bastarte con los programas informáticos más habituales. Desde Internet es posible descargar modelos de hojas de inventario en Excel.
Según vayas haciendo el recuento de las existencias físicas reales (tal como se les denomina en la jerga), producto a producto y referencia a referencia, y sepas el número de unidades que tienes de cada cosa, es importante que introduzcas esa cifra en una aplicación informática. Eso te permitirá comparar el dato con el que figura en tus archivos de control. En caso de que haya diferencias en los números, estaremos ante una desviación, ya sea negativa o positiva (que falten o sobren productos).
Si concluido este recuento resulta que tus existencias no coinciden finalmente con las que esperabas, has de hacer una valoración de esa desviación o desajuste para proceder a su regularización. Dicho de forma más sencilla: debes ajustar las cifras de tus libros de acuerdo con la realidad. Cuando realizas el recuento del inventario, estás obteniendo también los datos para tu inventario contable, y la regularización es por tanto “una regularización contable, que afecta al balance de la compañía”.
TUS MÁRGENES DE MANIOBRA
A modo de referencia, que sepas que siguiendo la llamada clasificacion ABC las empresas suelen considerar admisible una desviación distinta dependiendo del tipo de producto. Para los artículos de clase A (los más valiosos para tu negocio), la desviación debería ser de cero; en la clase B se toleraría una máxima del +/-1%, mientras que en los productos de clase C se admite un margen máximo de hasta dos puntos porcentuales.

Si los desajustes son graves, puedes plantearte hacer un análisis histórico de los movimientos de entrada y salida, en busca de posibles fallos en los registros que te aclaren los bailes de cifras y ayuden a evitar otros. “En ese caso –aclara Márquez de la Cuesta–, en lugar de una regularización contable lo que tendrías que hacer es la rectificación de un movimiento erróneo”.

acer el inventario con un carácter periódico, “cuantas más veces mejor”, combinando dos técnicas que lo hagan más sencillo: en primer lugar, el sistema de clasificación ABC. Este método divide los artículos en tres categorías según su valor para el negocio, de forma que los de clase A serían los más preciados y los clase C los de menor interés. Aplicado al inventario, la conclusión es que debemos revisar con mayor atención aquellos productos que tengan un mayor valor unitario. “Por ejemplo, si tu negocio es una joyería, es posible que no necesites recontar con tanta frecuencia los relojes más baratos, pero las piezas que valgan 6.000 euros las contarás diariamente, porque si desaparece una tienes un problema gordo”, explica Thierry Casillas.
FAMILIAS LÓGICAS
Junto a ese sistema ABC, Casillas recomienda dividir el stock en “familias de productos” de forma que el inventario se pueda ir repartiendo en el tiempo. Un ejemplo sencillo:
Si tienes un negocio de ropa para hombres, una familia de artículos podrían ser los trajes y otras las camisas, los abrigos, los complementos... Aprovechando los tiempos muertos (en un local comercial, la primera hora de la mañana), es factible ir haciendo el recuento de cada familia sin necesidad de cerrar el local durante un día entero. Si has establecido ocho familias, a semana
por familia, “en dos meses le puedes dar una vuelta al conjunto del almacén y hacer hasta seis inventarios completos a lo largo del año”.
TÉCNICAS COMBINADAS
Además, una vez que tengas claras tus familias, al hacer el recuento puedes aplicar a su vez una técnica de clasificación ABC, apunta Casillas: “Por ejemplo, no importa tanto que, en lugar de ir contando cada par de calcetines, lo hagas por cajas, puesto que su valor por unidad es pequeño. En cambio, si recuentas gemelos de 300 euros cada par, sabes que los tienes que ir comprobando uno por uno".
DINERO PERDIDO ENTRE LOS ESTANTES
Según el último estudio AECOC sobre la pérdida desconocida, 1.200 millones de euros en producto desaparecen cada año de las empresas españolas. Es decir, ese es el coste de las regularizaciones que se ven obligadas a asumir las compañías. Viendo las causas de estas pérdidas, llama la atención que un 26,6% se debe a hurtos de los propios empleados (hurto interno), frente a un 10,4% de desapariciones que son a causa de errores administrativos (por ejemplo, a la hora de fijar los precios).
Como tendencia, las sustracciones por parte del personal están descendiendo respecto a años anteriores. En 2006, fueron del 29%. En cualquier caso, el mayor número de hurtos viene de personas ajenas a la empresa (un 63%).

Beneficios

No se trata sólo de poner orden en las dependencias de tu empresa. Un control regular de inventario te ofrece información de gran utilidad para muchas situaciones:

EVITAR ROTURAS DE STOCK
Cada vez que dejas de atender un pedido por no disponer de un determinado producto pierdes una venta y, quizás, un buen cliente. Las empresas de comercialización de productos tienen cuidado de no llegar a ese extremo. Sin embargo, incluso una compañía de servicios puede enfrentarse a una rotura de stock. Evitarlo es también una estrategia de fidelización.
DETECTAR MATERIAL CADUCADO O DETERIORADO
El fin del inventario no es sólo confirmar que el material existe, sino que está en las condiciones adecuadas para la venta. Comestibles caducados, material de enseñanza desfasado en los archivos de una empresa de formación... Si no llevas un control regular, puedes encontrarte con que lo que creías bienes útiles ya no lo son tanto.
PROMOCIONES Y LIQUIDACIONES
“Imagina que guardas un montón de licencias de Windows XP... Pasado un tiempo, ¿quién va a querer comprar ese material?”, recuerda Casillas. Y quien dice software dice, por ejemplo, merchandising de cualquier fenómeno mediático con fecha de caducidad: desde Indiana Jones a Rodolfo Chikilicuatre y su guitarra. Estar atento a tus existencias te permite detectar los artículos próximos al desfase y organizar las promociones y liquidaciones oportunas.
CONOCER EL VALOR DE TUS EXISTENCIAS
Normalmente, las existencias se valoran a precio de coste. Pero si el producto caduca, queda desfasado o descatalogado, la valoración que constaba en tus libros ya no es válida. Cuanto más ligado a la moda esté el producto, mayor necesidad de actualización.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Cómo calcular cuánto vas a ser capaz de vender

Cómo calcular cuánto vas a ser capaz de vender

Antes de calcular cuánto te va a costar vender, necesitas hacer estimaciones sobre la capacidad que tienes para vender a tus clientes.


Muchos emprendedores novatos se lanzan a crear la empresa sin haber vendido nunca. Tienen todos los costes planificados. Seguro que la previsión de costes se cumple (al fin y al cabo, el equipo son salarios de mercado y seguro que se cumple… voy a contratar este espacio… con este coste y con esta fianza–, pero hay también una previsión de ventas, y hay que ver si, a la hora de la verdad, vamos a ser capaces de ingresar.
Antes de calcular cuánto te va a costar vender, necesitas estimar cuánto vas a vender. Un primer paso consiste en averiguar, sobre el papel, el volumen de ventas que podrías alcanzar el primer año con tu negocio, siempre con capital propio, y antes de tener en cuenta qué financiación necesitará tu proyecto. No es tan complicado. Sólo así podrás elaborar un plan de inversiones realista. Tus previsiones, además, las tienes que realizar (y especificar en tu plan económico-financiero) para cada línea de producto.
A la hora de calcular si tu empresa es viable, tienes que hacerte primero preguntas de este tipo, aunque todavía no estés en el mercado: ¿Tiene tu empresa ya pedidos en firme o clientes? ¿De qué clientes esperas obtener pedidos durante tu primer año? Si es así, ¿cuántos pedidos y cuándo se producirán? ¿De qué datos de prospección de mercado cuentas ahora mismo para apoyar tu previsión de ventas? ¿Has tenido en cuenta que necesitas una previsión de ventas para cada línea de producto o de servicio?
Un negocio es viable si la suma de las ventas anuales (cobradas a tiempo) es superior a la suma de todos sus gastos (desde nóminas hasta alquileres pasando por los costes de producción o de compras externas). El primer paso que tienes que dar antes de calcular cuánto dinero necesitas o qué gastos vas a tener, es pensar cuáles serán tus ingresos con una perspectiva de 1, 3 y 5 años. ¿Cómo calcularlo? Está claro que es difícil saber cuántas ventas e ingresos vas a tener. Por eso, lo que debes hacer es acotar el problema:
1. Primero, piensa en tu mercado potencial:cuántos clientes potenciales puede llegar a tener tu empresa en función de los clientes que ya tiene la competencia (puedes acceder a sus datos de ventas y hacer estimaciones en función de sus precios y de sus líneas de producto para poder hacerte una idea, y sobre todo para ver si es un mercado en crecimiento o en caída), los que se han interesado en tu producto mínimo viable, el volumen de visitas que ha llegado a tu landing page, el número de personas que te apoyan en una campaña de crowdfounding...
Puedes entrar en el Registro Mercantil para ver la facturación de las empresas de tu competencia. ¿Qué información sacas? Puedes saber de un competidor que, por ejemplo, facturó 16 millones de euros y obtuvo un beneficio de 600.000 euros el año pasado. Si es una empresa pequeña puedes ver cuál es el peso que tiene cada una de sus líneas de negocio sobre el total de la facturación. A ver, que no te sirve con El Corte Inglés, pero sí con la mayoría de las empresas. Y a partir de ahí sacas suposiciones: si facturan 16 millones, el 70% de las ventas las hacen en España y el 30% de su facturación la hacen con el producto con el que tu quieres competir, das con que con esa línea de negocio facturan 3.360.000 euros. Si el precio medio del producto que venden en esa línea es de 4,95 euros, te encuentras con que venden 658.787 productos al año, 1.879, al día. El dato está claro que no es real, pero te ayuda a entender el volumen del mercado, sobre todo si lo haces con todas las empresas de tu competencia.
2. Segundo, analiza los hábitos de consumode esos clientes potenciales para ver cuántos podrían estar interesados en adquirir tu producto o consumir tu servicio. ¿Por qué consumen los productos de la competencia (directos y sustitutivos)? El tuyo: ¿Satisface una necesidad concreta que el resto no satisface o entra sólo por precio? Si entras por precio el porcentaje de consumidores que te vas a llevar es el cliente-precio y ahí el universo es amplio (con matices), pero es menor. 
3. El tercer paso es pensar en la cuota de mercado que podrías conseguir según tus posibilidades de captación [experiencia en el sector, opciones de comunicación, acuerdos previos con distribuidores...] y el dinero que estás dispuesto a gastarte. Si sabes que se venden 1.879 productos al día y que es un sector en el que el precio no es un factor diferencial, ¿con qué cuota de mercado podrías quedarte con un producto competitivo? ¿Con un 5%? Tienes que ser pesimista y ver si con ese porcentaje serías capaz de sacar el negocio adelante.
Y cuando ya tienes un número de clientes a los que vender, o de unidades que vas a vender, le pones un precio, que tendrá que estar ajustado al nivel de vida y las circunstancias del mercado. Ese estudio lo haces después para un plazo más largo. Con eso ya tendrías las ventas. Y después acomodas los gastos a las ventas.