miércoles, 21 de octubre de 2015

El arte de pedir favores (o concederlos) en el mundo de los negocios

Un favor es por definición algo que se concede sin esperar nada a cambio. Pero en el mundo empresarial el intercambio de ayuda no se suele realizar de forma completamente altruista. ¿Cómo entrar en este juego sin quemarnos?


El intercambio de favores es una práctica que tiene mala prensa y a menudo suscita recelos cuando se salen del ámbito de la familia y los amigos más directos. La imagen de don Vito Corleone en la película El padrino repartiendo dádivas que después se exigen a punta de pistola pesa demasiado en el inconsciente colectivo. Y las noticias sobre sobornos y cohechos que leemos todos los días en los periódicos realimentan el temor a pedir una ayuda que después nos pueden cobrar muy caro. 

Si nos olvidamos de la política y de historias del hampa, el trueque de favores en el mundo de la empresa es bastante frecuente. Y ni es ilegal ni suele generar problemas morales. Es más, “los buenos directivos y sobre todo los buenos empresarios son gente particularmente bien dotada para pedir favores. Lo hacen con encanto y con el don de la oportunidad. Siempre saben a quién tienen que pedirlo y cómo hacerlo. La vida empresarial está plagada de favores”

¿Qué intercambian los profesionales y empresarios sin caer en el cohecho? “Fundamentalmente, recomendaciones para encontrar a personas de confianza, sobre todo cuando se trata de cubrir puestos de alto nivel, como consejeros. También consejos sobre temas de comunicación, asesoría fiscal, ayuda para resolver problemas burocráticos, incluso apoyo para encontrar productos y servicios adecuados para la empresa o información útil para la gestión del negocio”

“Para intercambiar favores hay que conocer a las personas adecuadas y en el mundo empresarial esto empieza necesariamente por practicar networking”, comenta. En cuanto al mundo profesional, lo más habitual es recurrir a conocidos directos o colegas. En este caso, las ayudas más políticamente correctas son “el intercambio de tiempo (ayuda para un informe, por ejemplo), consejos e intermediación para que alguien nos abra una puerta importante”, 

¿Quieres ser exitoso?


¿Has notado que algunas personas simplemente resaltan? Sin importar su industria o su profesión, llegan hasta la cima. Son un testamento al hecho de que cuando se trata del éxito, no se trata de lo que haces sino cómo lo haces.

El “cómo” se refiere a tu actitud, ética en el trabajo, esfuerzo y disciplina. Tiene menos que ver con el talento y la habilidad y más con el compromiso. Tienes más control sobre tu éxito de lo que tú crees. El éxito no es cosa de magia o de suerte. Si echas un vistazo a muchos ejemplos de gente exitosa en cualquier industria o esfuerzo, te darás cuenta que existen ciertos hábitos en común que tienen la mayoría de ellos. Incorporar estos hábitos te ayudará a alcanzar tus metas que te has puesto en cualquier área de tu vida.

Hábito #1: La gente exitosa está conectada con su pasión

La mayoría de la gente que ha alcanzado un gran éxito, ama lo que hace. Cualquiera que ha llegado a la cima de su industria, profesión, deporte o hobby siente pasión por lo que hace. El éxito generalmente requiere de mucho trabajo, compromiso, persistencia y disciplina. Todas estas cosas pueden sonar muy desalentadoras a menos que sientas pasión por las tareas que tienes que cumplir.

¿Qué tanta pasión te despierta la meta que deseas alcanzar? ¿Qué tanta pasión sientes por tu vida en general? Haz un inventario de con qué frecuencia haces lo que te gusta. Cuando infundas a tu vida las actividades que te emocionan e inspiran, te esforzarás menos para comprometerte con tus metas. Asegúrate de que cualquier cosa que persigas, sientas pasión por ella.

Hábito #2: La gente exitosa toma decisiones y actúa

La gente exitosa es buena para tomar decisiones. Con frecuencia las más grandes oportunidades de la vida vienen rápido y se van; aquellos que actúan tienden a tener la ventaja. Esto no signiica que debemos ser irresponsables con nuestras decisiones. Puede que no sea perfecto, pero aprendemos de nuestros errores y, en consecuencia, tomar el curso correcto.
¿Qué decisiones estás evitando? ¿Tal vez sea ir al gimnasio, comenzar con un nuevo curso o hobby, o actualizar tu currículo? ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué es lo que te detiene? La pasividad es la antítesis del éxito. Los errores y las fallas son parte del juego. La mayoría de la gente exitosa se equivoca más veces de las que triunfa, pero, para empezar, entran al juego.

Hábito #3: La gente exitosa está enfocada

La gente exitosa se enfocada en una sola cosa a la vez. No intentan ser los mejores en el tenis y en el fútbol. No abren dos

negocios a la vez. No estudian para ser chefs y maestros. Escogen una cosa y dedican su tiempo y energía para ser los mejores en esa área.

¿Estás enfocado en tu meta principal? ¿Estás intentando hacer mucho? No se trata de hacer sacrificios y escoger un área de tu vida por encima de  otra, pero, en vez de eso, saber que no todo puede pasar al mismo tiempo. Muchos de nosotros nos hacemos muchas metas a la vez y eso termina por distraernos con conflictos y, por último, frustrados con nosotros mismos por no ser capaces de hacer todo a la vez. Escoge una meta grande que esté por encima de tus compromisos regulares y dedica todo tu esfuerzo y atención a hacer lo mejor en esa área. Cuando lo logres, asegúrate de celebrar tu éxito.

Hábito # 4: La gente exitosa se rodea de gente exitosa

Hay mucho de cierto en el dicho “No puedes hacer todo tú solo”. Cualquiera que ha logrado algo siempre tiene una gran lista de gente a la cual agradecer. Desde amigos a familia a compañeros de equipo, de trabajo, maestros, mentores y entrenadores. La gente exitosa se rodea de gente buena, positiva, que da todo su apoyo, que inspira, talentosa, culta y exitosa.

Cuándo ves a la gente de la que te rodeas, ¿te estás rodeando con la mejor gente posible para alimentar tu éxito?  ¿Tienes el apoyo, motivación e inspiración que necesitas para alcanzar tus metas? ¿La gente que tienes a tu alrededor te admira y genuinamente quiere que seas exitoso? Si no, has una decisión consciente para buscar y conocer gente que piense como tú.

Hábito #5: La gente exitosa cree en sí misa y en sus sueños

Definitivamente no hay un sustituto para el pensamiento positivo. La gente exitosa es capaz de ver el éxito antes de que ocurra.  Aun si no está segura, cree que es posible. Cree en ella misma, sus habilidades y su propio potencial. Cree que el trabajo duro, la persistencia y la práctica con el tiempo dan frutos. Tienen confianza y son optimistas.

¿Hasta qué punto crees en ti mismo? ¿Eres optimista o escéptico acerca de tu propio éxito? ¿Esperas lo mejor pero te preparas para el hecho de que tal vez no alcances tus metas? Si notas que estás siendo negativo contigo mismo o con las metas que quieres alcanzar, comienza a trabajar consciente y deliberadamente en lo que cree. Escribe o repítete en voz alta una afirmación positiva cada vez que te caches diciéndote algo negativo.

Hábito #6: la gente exitosa se esfuerza por alcanzar la excelencia

La gente exitosa no se queda conforme con un resultado “decente”. No está contenta con llegar al promedio o con ser mediocre. Busca siempre mejores estándares. Tiene una ética excepcional en su trabajo y esperan más de sí misma que lo que otros esperan de ella.

¿Qué tanto esperas de ti mismo? ¿Qué tan altos son tus estándares que te pones  de excelencia a nivel personal? ¿En qué aspectos de tu vida te conformas con resultados “decentes”?

La verdad es que entre más esperas de ti, más seas capaz de hacer. Escoge un área de tu vida en la que quieras estar por encima del promedio. Ponte metas que te queden. No te conformes con poco. Tú eres más que eso.

Hábito #7. La gente exitosa se cuida a sí misma

La gente exitosa reconoce la importancia de “recargar las baterías”. Entiende que hay una necesidad de balance y el hecho de que para operar a cierto nivel, tienen que cuidarse a ellos mismos –física, mental y emocionalmente.

¿Qué tan bien te cuidas a ti mismo? ¿Sientes con frecuencia que no tienen lo suficiente para ser capaz de concentrarte en tus metas? ¿Te tomas el tiempo para cuidar de tu salud física y mental? El primer paso para cuidarte es aprender a decir “No”. Encuentra una forma de ponerte a ti mismo en tu lista de prioridades. Para alcanzar tus metas, debes poner atención especial en tus propias necesidades y valorar tu felicidad tanto como valoras la de los demás.

¿Qué es lo que debe tener un buen jefe?

Es bueno tener claro cuales son las características más notables de un buen jefe porque, por desgracia, no es algo que abunde en estos tiempos por más que se empeñen muchos empresarios en darnos lecciones de hacer las cosas y enseñarnos a ser más productivos.

Los buenos jefes no lo son en el papel por el nombre del puesto o categoría que ostenten, sino que se distinguen como tales en base a sus acciones. Y no por acciones aisladas, sino por repetir de forma continuada una serie de cosas que los acabarán identificando como unos verdaderos líderes a ojos de su equipo.

1. Desarrollar a todos los miembros de su equipo.
Para cualquier jefe basar sus acciones en las metas de largo plazo, en el logro de resultados y en el cumplimiento de los objetivos concretos, es lo más normal, pero como se suele decir, eso es poner el ‘carro delante de los bueyes’.

Sin ‘grandes’ empleados, de poco vale obsesionarse con el medio o largo plazo. Los empleados sólo pueden lograr lo que son capaces de alcanzar, por lo que el buen jefe deberá ayudar a todos sus empleados a ser más capaces e intentar sacar más con la motivación que para ello sea necesaria.

No limitarse a mirar si los datos se cumplen o no. Debe de preocuparse por el desarrollo personal y profesional de su equipo como forma de sacarles todo el talento. Tendrá que pasar la mayor parte de su tiempo en desarrollar y potenciar las habilidades de sus empleados y el logro de los objetivos será un resultado que vendrá dado.

2. Resolver los problemas inmediatamente.
Algo que es muy frustrante para los empleados es la lentitud en la resolución de problemas o conflictos.
Disputas interpersonales, problemas de rendimiento, peleas entre los departamentos … todo afecta a los empleados negativamente con desmotivación y pérdida de entusiasmo, a parte de que los distraen.

Los pequeños problemas siempre se enquistan y se convierten en grandes problemas si no se tratan con rapidez. Si un jefe ignora un problema hace que sus empleados pierden el respeto por él, y sin respeto no hay liderazgo.

El buen jefe no espera a que un problema desaparezca por arte de magia o que lo solucione otro. Trata los problemas de frente con independencia del tamaño pero siempre con rapidez.

3. Rescatan a su peor empleado.
Si, es un gran reto, lo se. Casi todas las empresas tiene al menos un empleado desmotivado, que no puede completar sus tareas,… o simplemente parece que no puede mantener el ritmo. Con el tiempo este empleado llega a ser visto por sus colegas como un estorbo.

Probablemente intenta mejorar pero el solo no puede. El buen jefe deberá intentar reinsertarlo al equipo, que consiga la motivación y se convierta de nuevo, a ojos de sus compañeros, como un elemento fundamental para el buen funcionamiento del grupo.

Trabajar con empleados motivados y buenos productivamente hablando es fácil. El buen jefe se ve cuando rescata ‘causas cuasi perdidas’.

Para ello demuestra confianza, le tranquiliza y le deja claro que lo estará ayudando en cada momento y paso que dé.

No se trata el bajar los estandares de producción, sino que se debe de tirar del mentoring y del coaching que todo líder debe de poseer entre sus habilidades para conseguir ‘que vuelva al redil’.

4. Siempre al servicio de los demás.
El buen jefe no es egoísta. Nunca decir o hacer algo que de alguna manera lo ponga como el centro de atención, aunque sea brevemente.

El éxito de un buen jefe no se percibe de forma directa, sino de forma indirecta a través del buen funcionamiento de su equipo
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Cuando los empleados destacan, el buen jefe destaca. Cuando el equipo tiene éxito, el jefe tiene éxito. Al rescatar a un empleado como en el punto anterior, las felicitaciones se darán al empleado, no son para el jefe.

Cuando actúa de forma constante demostrando que él es menos importante que los miembros de su equipo, estos le tendrán un mayor respeto.

5. Siempre recuerda de donde viene.
Para algunos de los empleados, el jefe ha nacido en ese puesto, no lo han visto en puestos de jerarquía inferior nunca. Está a cargo. Es el jefe.

Cuando un empleado quiere hablar de algo con el jefe, aunque sea intrascendente, el buen jefe aprovechará eso para demostrarle comprensión, inspirarle tranquilidad, motivarlo,…, buscando el que se sienta escuchado y valorado para conseguir el máximo rendimiento en lo que haga.

El buen jefe recuerda cuando ese empleado era él y lo que sentía cuando realizaba lo que su empleado hace ahora con él.

6. Nunca tener envidia o sentir miedo de los miembros de su equipo.
El líder (buen jefe) ve en el desarrollo profesional de su equipo como un éxito, nunca como un temor a que puedan quitarle el puesto. Miedo y envidia son sentimientos cercanos en muchas ocasiones que nunca deben de aflorar ante el progreso y crecimiento de los miembros de su equipo.

Y es que el buen jefe no mide su éxito como ya dije como algo personal, sino como algo grupal: si su gente prospera, el grupo prospera y él también.


martes, 6 de octubre de 2015

Seis actitudes que tienen hartos a los profesores en el aula

"La causa de estas quejas no es solo la pereza cognitiva del alumno, sino también lo que el profesor y la universidad ofrecen como cultura académica"

No leer, chatear por el móvil y comer en clase, aspectos que sacan de quicio a los académicos.

Algunos llevan décadas enseñando en las aulas, varios se cuentan entre los mejor evaluados por sus alumnos, unos dan clase en los primeros años de universidad, y otros, a los que están al final de la carrera. Hay quienes enseñan en carreras humanistas, otros son cien por ciento matemáticos.

El abanico es amplio, pero cuando les dimos a una decena de profesores de educación superior un minuto de confianza para desahogar aquello que más les molesta de sus alumnos, las respuestas se repitieron casi como una letanía. El estudio, que se realizó con una decena de profesores chilenos, demostró la coincidencia en las actitudes que más les molestan, desde lo anecdótico a temas más preocupantes.

En Colombia, los motivos de disgusto son similares,aunque esos son los síntomas, la culpa es compartida. “La causa de estas quejas no es solo la pereza cognitiva del alumno, sino también lo que el profesor y la universidad ofrecen como cultura académica”

A continuación, los aspectos en que hubo mayor coincidencia:

Ley del mínimo esfuerzo

La lógica instrumental desmotiva a varios profesores. “Lo que más me molesta es cuando preguntan: ‘¿esto entra para la prueba?’, con la idea implícita de ‘si no, no me importa’. A veces creo que hay alumnos que solo quieren sacar el título. No les interesa aprender”, analiza un profesor senior. El más joven se queja de lo mismo: “Preguntan: ‘¡¿hay que leer todo el texto?!’, ‘pero, ¿qué va a entrar en la prueba?’. Es la ley del mínimo esfuerzo”.

“En quinto año, si estiman que lo que uno pasa no les va a servir, simplemente no vienen”, agrega una docente. “El alumno hoy está articulado alrededor de ‘para qué sirve’ lo que le enseñan, qué utilidad tiene –agrega otro–. Y hay contenidos que apuntan solo a desarrollar la capacidad reflexiva. Les digo: ‘sirve para que sean más inteligentes. Para que en la próxima reunión familiar parezcan más cultos’ ”, ironiza.

Miran para otro lado

Si no leen, no es raro que su participación en las clases sea escasa. “No opinan. Uno pregunta y es como si pasaran un millón de ángeles. Hay hasta un minuto de silencio, y ellos miran para otro lado”, dice un profesor joven.

Otro que lleva años dictando cátedra coincide: “A veces algunos hablan aunque no sepan, pero en muchos casos es el cementerio total. Tienes que mirarlos fijo para que se sientan obligados a hablar”.

“Es frustrante porque uno prepara material antes de la clase, lleva casos para analizar y espera tener una clase participativa, pero te das cuenta de que no se puede, porque ellos no leyeron. Los que opinan son siempre los mismos, cuatro o cinco. Y los otros se empiezan a aburrir y agarran el celular”

El móvil es más importante

“La regla es que si el celular suena, el dueño tiene que salir a hacer una gracia frente al curso, como recitar o bailar. Como son tímidos, funciona”, Pocos, sin embargo, logran disimular el uso de WhatsApp y redes sociales. “Mandan mensajes por debajo de la mesa y sonríen como bobos, pensando que uno no se da cuenta”, delata uno. En otra universidad, “los sacan descaradamente y chatean. Uno no puede retarlos. No estamos en el colegio”.

Y otro se queja: “Parece que el mensaje que les mandan es más importante que la clase. “Intentan disimular, porque saben que me enfurezco. Les digo: ‘mándele saludos a su noviecita’, y ahí lo guardan”.

Impuntuales y comelones

Para los académicos, hay actitudes de sus alumnos impensables cuando ellos fueron estudiantes. “Comen en clases. Sacan barras de cereal, bebidas... Yo tiré la toalla con la gente comiendo en clase”. La impuntualidad de algunos también es motivo de fastidio. “Llegan 10 minutos tarde y se enojan porque no los dejas entrar”. Otra queja de quienes tienen años de docencia es el saludo. “Que las estudiantes lleguen saludando de beso me incomoda. Quiebra la distancia de autoridad necesaria”.

‘Súbame la noooota’

Al final del año suelen aparecer estudiantes abrumados por una nota que no les alcanza para pasar. “Considero extraordinariamente irritante que invoquen razones extracurriculares para subirles la nota, como ‘soy el primero de la familia que llega a la universidad’ o ‘con esta nota voy a perder la beca’. ¡Uno no puede subir notas por razones humanitarias o compasión!”, señala un profesor joven, que condena igualmente a “algunas chicas que esbozan una sonrisita para que le subas la nota o incluso visten provocativamente, con escotes, por si les funciona”.

‘No alcancé a leerlo’

Leer parece ser una costumbre en retirada en la actual generación de estudiantes, pues es el más reiterado y vehemente reclamo de los profesores. “Lo que más me molesta es que jamás leen. Si no hay prueba, no leen, y cuando leen te das cuenta de que además tienen muy poca comprensión de lectura”. “El concepto de lectura obligatoria no significa nada para ellos, aunque figure en el programa. No está en su hábito hacerse un plan de lectura”, reclaman dos profesores del área de ciencias sociales. Y otro, “entonces uno, como las abuelitas, tiene que empezar a contarles de qué se trataba el texto y decirles ‘esto es lo principal’, y ellos anotan y anotan, en una actividad intelectual totalmente pasiva”.


Como estudiar y mejorar en el aula

Enfoque y desaceleración

Intenta estas simples sugerencias para enfocarte y hacer más lentas las cosas. Tu concentración y memoria mejorarán, ganarás amplitud de perspectiva, y serás capaz de pensar más claramente y con menos esfuerzo.

Cuando enfocas tu mente y enlenteces tus acciones de manera controlada cosechas las ventajas de tener menos tensión, y ganas una conciencia más tranquila y conectada con el momento presente. Aquí tienes una serie de recomendaciones que te ayudarán con estos objetivos.

·         Observar. Nadie puede dejar de pensar completamente; es imposible. ¡Si comienzas a tratar de no pensar, sólo terminaras por pensar en cómo dejar de pensar! Lo que puedes hacer, sin embargo, es retirarte de tus pensamientos y hacerte un mero espectador objetivo.

·         No seguir. Imaginar tu mente como una pantalla en blanco o un cielo oscuro. Permite que tus pensamientos vengan y vayan, pero resiste el impulso de seguir a cada uno. Tu cerebro reducirá la velocidad finalmente y te sentirás menos presionado.

·         Contar. Si encuentras que es difícil alejarte de tus pensamientos, trata de contar despacio cuando respiras. Mira a tus pensamientos y trata de resistir y no seguirlos. Enfoca tu atención a la cuenta cada vez que respiras.

·         Reenfocar. Cuando trabajas y piensas trata de poner toda tu atención en la tarea. Y cada vez que tu mente vaga, vuélvela a la tarea. Mientras sigues reenfocando tu atención, comenzarás a calmar la mente.

·         Señales. Un indicio de atención fragmentada es el movimiento fragmentado. Por ejemplo, cuando estás en el cine, es fácil notar si los otros alrededor tuyo están totalmente atentos a la película. La gente que resopla y suspira, que mueve sus cabezas para un lado y otro y que se remueven en sus asientos tiene dificultades para concentrarse. La atención absorta va por lo general acompañada de una postura del cuerpo quieta y relajada. Recuerda esto.

·         Interés. Trata de encontrar el interés a proyectos y eso te ayudará a concentrarte. Incorporar una nueva afición puede ser una ayuda tremenda. También deberías tratar de encontrar algo interesante hasta en las tareas más aburridas. Si estás en una reunión, acércate a alguien y comienza una conversación. Ponte inquisitivo y podrías descubrir que tienes intereses similares a la otra persona.

·         Apertura mental. La mente necesita desafíos nuevos y absorbentes para renovarse. Nota algo nuevo en el camino a casa que no habías notado antes. Compra una revista acerca de un tema que normalmente no mirarías, léela. Se trata de abrirse a nuevas posibilidades.


Para las insuficiencias en lectura

Hoy día, es más que preocupante el bajo rendimiento generalizado en redacción y lectura, ya comprobado en niños como en adolescentes y adultos.

Creemos que el mal rendimiento en la lectura tiene soluciones aplicables en dos categorías diferentes:

·         La lectura como gimnasia cerebral
·         La lectura autorregulada

La lectura como gimnasia tiene tantas variantes como la gimnasia para ejercitar una habilidad física.

Puedes comenzar por elegir un programa de lecturas previamente diseñado para avanzar en un tema por niveles de complejidad creciente. Prácticamente es imposible que no encuentres "lecturas programadas" en Física, Filosofía, Psicología, etcétera. Después de seguir los programas de lectura de tres temas, habiendo pasado los niveles más básicos de comprensión, prueba crear tus propios programas de lectura, en temáticas diferentes, y siempre con cierta exigencia para la comprensión. Por supuesto que se trata de leer textos exigentes, no servirán comics ni cuentos ni novelas, por difíciles que sean.

·         Prueba con divulgación científica, con filosofía, con sociología, arte, etc.

·         Inventa tus propios programas de lectura basándote en el uso de enciclopedias.
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Por otra parte, la lectura autorregulada consiste en tres cosas:

·         Saber cómo prevenir errores (previamente hay que conocerlos y desarrollar la habilidad de reconocerlos.) Un error de lectura simplísimo y pandémicamente distribuido es continuar leyendo más allá de un error de interpretación o de una ausencia de interpretación.

·         Saber cómo prevenir insuficiencias (de atención, de retención, de comprensión, de percepción directa, de creación de imágenes, de estructuración u ordenamiento, de lógica, etc.)

·         Saber ampliar recursos (el tiempo, el espacio, nuestra capacidad de atender, nuestro interés, nuestro ambiente, nuestra capacidad de explorar, nuestra capacidad de retener, nuestra capacidad de percibir y analizar, etcétera.)

Si bien la lectura autorregulada se puede aprender sin tener mucha experiencia en lecturas programadas, escasamente se aplica con conocimiento y habilidad. Si en tu caso necesitas mejorar en lectura y autorregulación, nuestra recomendación es que leas todos los tips de Educación Mental de nuestra Escuela, eso alcanzará para comenzar a cambiar.
  
La marca de la consciencia

En caso de estar preocupados por notar muy bajo rendimiento en concentración y memoria, y ser conscientes de disponer de muy poca voluntad para el trabajo sistemático; aún en tal caso, existe un recurso que permite remontar la pendiente.

No siempre es necesario comenzar por un trabajo sistemático. Existe un atajo verdaderamente sencillo y espectacularmente efectivo: Jugar a "darse cuenta", en cualquier momento en el que no estemos haciendo otra cosa que dejar transcurrir el tiempo (Ejemplos: esperas en un comercio, viajando en un transporte público, caminando por la calle, en una tanda de propagandas de televisión, etcétera.)

¿Cómo jugar a darse cuenta? Divides la actividad en dos partes.

Primera parte: Enfocas tu conciencia en el ambiente que te rodea, te propones darte cuenta de algo que de no enfocarte no te darías cuenta. Hazlo en el ambiente en el que te halles, siempre encontrarás que de no haberte propuesto darte cuenta jamás habrías podido afirmar o negar la existencia de muchísimas cosas. El enfoque de la conciencia con el propósito de "darse cuenta de algo que de no enfocarnos no hubiéramos podido afirmar o negar su existencia" funciona como un marcador (una señalización) y un intensificador cognitivo.

Segunda parte: En cualquier momento, ya alejado del ambiente - en tiempo y espacio - trata de recordar en qué te fijaste, de qué cosas te diste cuenta. Ejemplos: "Los soportes metálicos del tacho de residuos, cómo estaban fijados con 2 tornillos por lado en vez de uno como hubiera supuesto... Las figuras geométricas de una marca comercial de electrodomésticos, recién ahora me percato de que se tratan de dos triángulos superpuestos con una leve diferencia de ángulo..."

Nada puede ser menos exigente ni tan efectivo. Para hacer varias veces por día. Pruébalo por dos semanas.
   
Afinando la percepción para mejorar la concentración

Naturalmente, tendemos a prestar un mínimo de atención a lo que oímos. Salvo que alguno de los sonidos se destaque particularmente del resto, el nivel de atención que consideramos normal invertir es bastante pobre. Pero si mejoramos la percepción auditiva notaremos incrementos en el rendimiento de habilidades mentales en varias facetas.

Trata de seguir esta recomendación por un período de dos o tres semanas:
Siempre que te encuentres en un lugar nuevo, es decir, siempre que conozcas un lugar nuevo, cierra los ojos unos cuantos segundos y presta atención a todos los sonidos que puedas captar. Haz como si fuera un listado de cada cosa que captes. Risas, susurros, conversaciones, frases aisladas, palabras aisladas, los sonidos de las sillas, los pasos, las puertas, el aire acondicionado, el tecleo de una persona escribiendo en la PC, lo que se acerca y lo que parece alejarse, etc. Trata de que ese minuto de atención auditiva sea mejor cada vez que lo practiques. Puedes hacerlo en el día varias veces y no necesitas más de un minuto cada vez.

Comienza utilizando esta actividad cada vez que estás en un lugar o situación nueva, paulatinamente incorpora lugares conocidos y sentidos no visuales, como el tacto y el olfato.




Pistas que agilizan

Los encabezados, los subtítulos, y los primeros párrafos condensan información clave, y siempre te pueden servir para conseguir una lectura rápida para captar sobre qué trata un capítulo. A su vez, algunas palabras en el capítulo te ayudarán a concentrarte en los puntos importantes y a no hacer caso de lo que no tiene importancia. Saber cuándo apresurarse, cuándo reducir la velocidad, cuándo no hacer caso, o cuándo no atender demasiado realmente te ayudará a leer más rápido y con más eficacia.

Cuando ves palabras y frases como "igualmente", "además," y otras por el estilo, deberías saber que nada nuevo será introducido. Si ya sabes lo que continúa, puedes apresurarte o saltar completamente lo que viene.

Por otra parte, cuando ves "por otra parte," "sin embargo," "mejor dicho", "pero", y similares, reduce la velocidad -pues viene información que añade una nueva perspectiva o contradice lo que acabas de leer.

Finalmente, ten cuidado con palabras y frases como, "resumiendo," "para concluir," "por lo tanto", "por consiguiente", "así" - aquí viene la verdadera esencia del escrito.

Los consejos tradicionales

Los consejos tradicionales para mejorar la lectura plantean los requisitos mínimos indispensables para alcanzar un mejor nivel lector. Trata de establecer con cuáles de los requisitos te cuestan cumplir y trabaja a partir de allí.

Requisitos mínimos para aumentar tu velocidad de lectura:

1.      Enfocar tu atención y concentración.
2.      Eliminar distracciones externas.
3.      Procurar un ambiente ordenado y cómodo.
4.      No demorarse en palabras u oraciones, pero buscar en el diccionario a las palabras claves que debes entender a fin de captar cada concepto global.
5.      Tratar de captar los conceptos fundamentales antes que intentar entender cada detalle.
6.      No mover los labios cuando lees (vocalización), trabaja con un objeto en tu boca.

Requisitos mínimos para aumentar comprensión:
1.      Tratar de hacer que tu aprendizaje sea en una secuencia lógica, añadiendo nuevo conocimiento al conocimiento existente.
2.      Revisar y replantear tu lectura. Testéate para ver si estás asimilando la información importante.
3.      Si las cosas no tienen sentido, desechar tus conclusiones. Vuelve, relee, y trata de hallar una conclusión alternativa.
4.      Resumir lo que has leído, en tus propias palabras.  

Des localizar

Cuando se trata de explicarnos existencialmente, realmente no apuntamos a las funciones neurofisiológicas y - muy por el contrario - nos identificamos con el pensamiento consciente, con plenas capacidades de creación y de percepción. Como si fuéramos algo distinto al cuerpo.

La idea de estar "localizados" como individualidades autoconscientes en alguna parte específica del cerebro es una convención acorde a la principal corriente ideológica de la ciencia; aunque, de todas maneras, la conciencia humana aún no sea un tema dilucidado.

Normalmente jugamos el juego de la vida como puntos de vista localizados e identificados con el cuerpo. He aquí un área de confusión importante. Por un lado, nos cierra mejor la idea de ser algo distinto a los lóbulos prefrontales pero por el otro lado tanto la ciencia como la practicidad de la vida diaria nos inducen a localizarnos e identificarnos físicamente.

Somos seres autoconscientes aunque dependemos del cuerpo físico para nuestra entrada sensorial y nuestras acciones en el universo físico.

Pero una metáfora aceptable (y muy agradable) de la libertad es ser sólo pensamiento autoconsciente. Y asumiendo ésto imaginativamente como una variante de la meditación se pueden obtener interesantes efectos en cuanto al desarrollo de habilidades.



Plantéate este juego mental:

Primera parte:

Asume que un ser de pensamiento puro realmente no está localizado en ningún lugar, excepto por su propia idea al respecto; y asume que se puede funcionar con más que un punto de vista a la vez.

Puedes dejar todo lo relacionado a tu cuerpo en el lugar que más desees, junto con tu punto de vista normal, y crear un segundo punto de vista y usarlo únicamente para los ejercicios. ¿Cómo creas un punto de vista? Simplemente escoge un punto de vista X y comienza a funcionar desde él.

Sólo añade un segundo punto de vista alternativo al que habitualmente asumes.

Segunda parte:

Imagina un campo o una montaña o algún otro lugar muy grande con la cual tengas un poco de familiaridad y no te disguste.

No uses lugares cercanos al cuerpo, no uses la casa en la que estás o la montaña en la que estás. Un punto de vista separado es más fácil de crear cuando hay espacio adecuado que naturalmente separe a los puntos de vista.

Ahora cierra tus ojos e imagina que miras abajo a la montaña o lo que hayas seleccionado. Imagínate - como pensamiento puro - penetrando en ella y luego saliendo de ella. Realmente haz ésto en tu imaginación, entrando y saliendo, varias veces.

Cuando comienzas este ejercicio, todo se basa en la imaginación pura. Pero cuando sigues mirando y moviéndote y uniéndote con la materia del lugar elegido te establecerás gradualmente en el nuevo punto de vista.

En algún momento sentirás y tendrás percepción desde el nuevo punto de vista. Puede ser vago pero se sentirá verdadero. Esto establece el nuevo punto de vista y permanecerá mientras sigas usándolo y moviéndolo alrededor.

Haz esto con tu imaginación hasta que te sientas cómodo acerca de entrar y salir de lugares grandes no cercanos al cuerpo.

En un par de semanas notarás el efecto en tu capacidad de atención y captación.

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Alcanzar y retirarse

Estas dos acciones básicas están detrás de muchos de los mecanismos mentales que intervienen en nuestras habilidades, y es recomendable tener un cuidado especial con ellas pues se convierten en mecanismos automáticos que no nos favorecen.

Veamos lo elemental. Ejemplos de ambas acciones:
·         Uno intenta alcanzar todo lo que le causa placer.
·         Uno se retira de aquello que le causa incomodidad u otra molestia.

El lado malo del asunto aparece cuando estos mecanismos se atascan inconscientemente y se vuelven recursivos o tendenciosos. Ejemplos:

·         Al sobre alcanzar: Un individuo muy atraído por una chica intenta conquistarla acercándose permanentemente a ella, sea directamente (acordando citas o haciendo que parezcan casuales) o indirectamente (llamándola frecuentemente, enviándole regalos constantemente, o sugiriendo compromisos definitivos antes de tiempo). Algo análogo a un vendedor que lejos de convencer fastidia con demasiados intentos de alcanzarte. A nivel intelectual, ocurre al estudiar cuando pasamos horas y horas leyendo sin descanso o cuando nos pasamos el tiempo analizando los datos sin pasar a la siguiente etapa.

·         Al retirarse permanentemente o prematuramente: Una persona que se aísla, que rehuye o que abandona lo que emprende antes de tiempo, que no puede comprometerse con nada ni nadie, que se torna hipercrítica y descree de todo menos del fastidio permanente que personas, situaciones y cosas le causan. Antes de que pueda tener siquiera la oportunidad de alcanzar algo ya la está desperdiciando debido al retirarse prematuramente y compulsivamente. A nivel intelectual, cuando concluimos apresuradamente o cuando nos basamos sólo en las impresiones generales o iniciales acerca de un asunto.

Recomendación para dos semanas:

1.      Plantéate una auto observación estricta acerca de estas dos acciones con la intención de descubrir dónde están tus atascamientos habituales. Toma nota de ello para evitar caer en la tendencia automática en otras ocasiones.
2.      Estudia o analiza un tema estableciendo "retiros" del mismo que coincidan con el proceso recién terminado de cada idea mayor o principal.






La Iniciativa

Un empleado llevaba 5 años laborando en la empresa. Nunca había faltado, siempre llegaba temprano realizaba todas sus tareas con gran cuidado y esmero. Empleado era muy responsable. Un día Empleado decidió ir a hablar con el gerente ya que no estaba del todo contento con la situación.

Empleado: Sr. Gerente, en esta empresa llevo laborando 5 años, he sido responsable y desempeño bien mi trabajo, sin embargo siento que no se me ha tomado adecuadamente en cuenta para las promociones y asensos. Raúl, que apenas tiene 1 año ya es supervisor y no me parece esto justo. ¿Por qué no se me toma en cuenta a mí en las promociones?

Gerente: Muy bien Empleado, vamos a ver tu caso. Pero antes necesito que me ayudes con algo importante. Hoy durante el almuerzo vamos a dar naranjas a los empleados, ¿podrías ir a ver si tienen naranjas en el puesto de comida que está en frente del edificio?

Empleado: Muy bien, regreso en un momento.

“El empleado va inmediatamente a cumplir la orden y regresa al poco rato con el gerente.”

Empleado: Sr. el puesto de enfrente si cuenta con naranjas.

Gerente: ¿Y hay suficiente para todos?

Empleado: Este… no pregunte eso Sr.

Gerente: ¿Cuánto nos cuesta comprarles naranjas a todos los empleados Empleado?

Empleado: Este… tampoco pregunte eso Sr.

Gerente: ¿Hay alguna otra fruta para los que no comen naranja?

Empleado: Este… No me di cuenta si había más fruta Sr.

Gerente: Muy bien, permíteme un momento.

“El Gerente toma el teléfono y llama a Raúl para darle exactamente la misma indicación que le dio a Empleado. Raúl llega al poco tiempo y da este informe”.

Raúl: Sr. Gerente, fui al puesto de comida y en este momento no hay suficiente naranja para todos, pero en media hora pueden traernos la necesaria. Si les compramos por tal cantidad el costo es más barato. Además también tienen Melón, manzanas, peras y duraznos para complementar por si no se completa la cantidad de naranjas necesarias o por si se necesita comprarla de inmediato. La naranja que había la deje apartada por lo que tengo que regresar rápido al puesto de comida para informales si vamos a ser la compra o no.

Gerente: Muchas gracias Raúl, informales que no va a ser necesaria la compra y puedes retirarte a tus labores. Ahora si Empleado ¿En que estábamos?

Empleado: No, en nada, muchas gracias por atenderme.

Bueno, hasta aquí la anécdota. En esta se nos habla de algo muy importante no solo para nuestro trabajo si no para nuestra vida entera, esto es la Iniciativa. En uno de mis primeros empleos vi como una persona subió de puesto en 15 días precisamente por esto. Cuando cuestionaron al gerente el simplemente dijo: El puesto ahí estaba, solo que nadie lo pidió.

Muchas veces platicando con personas acerca del tema estas se quejan de que los gerentes o los dueños son injustos, que trabajan mucho, que no le pagan lo que debieran, que no les reconocen su trabajo, etc. Sin embargo, como en el caso de la anécdota solo hacen el mínimo que se espera de ellos.

En mi experiencia personal he visto que las personas creen que los trabajos son como una democracia en donde ellos tienen derechos por meritos en el trabajo. Si bien si hay derechos y obligaciones en una relación empleado-patrón para evitar abusos en cualquiera de las dos partes, la organización de una empresa se parece más a la organización de un ejército y no a la de una democracia. En un ejército los meritos, las medallas y los rangos se los llevan los que ponen su vida en el campo de batalla y los que realizan los actos heroicos. Los que solo se mantienen vivos durante la guerra nunca salen de ser cabos.

Muchos explican esto con dar el 110% en el trabajo. Pienso que esto se debería de desglosar un poco. Primero tenemos que hacer todo lo que se espera de nosotros en tiempo y forma, luego tenemos que comprender muy bien el propósito de nuestro trabajo porque solo así podremos hacer más y mejor. Les recomiendo que lean el arte de la guerra de Sun Tzu y busquen como esas filosofías aplican en nuestro día a día.