viernes, 16 de diciembre de 2016

11 Razones por las que los Clientes No Pagan lo que Vale tu Producto o Servicio

11 Razones por las que los Clientes No Pagan lo que Vale tu Producto o Servicio

Abres con mucho esfuerzo tu negocio y te esmeras por ofrecer un buen producto o servicio, pero te enfrentas con la dura realidad de que a los clientes les parece caro y no están dispuestos a pagar lo que estás cobrando... ¿Qué debes hacer?

La solución por la que optan la mayoría de emprendedores es bajar sus precios (incluso llegando a sacrificar la calidad del producto o servicio), con tal de ver dinamizar las ventas de su negocio; pero

¿Ésta es realmente la mejor estrategia para afrontar el problema?

¿Por qué bajar los precios no es la mejor estrategia para tu negocio?

Razones por las que los clientes no pagan

Lo primero que debemos entender acerca del tema, es que generalmente el problema no está en el precio como tal, sino en la relación Valor y Precio; es decir, el problema no es cuánto estás cobrando, sino la percepción de valor que tiene el cliente con respecto a tu producto.
Algunos emprendedores creen erróneamente que el problema se debe a que están empezando a dar conocer su negocio y por lo tanto deben bajar sus precios para que los clientes se animen a probar sus productos y servicios, y entonces será sólo cuestión de tiempo para que ellos empiecen a pagar lo que realmente valen; pero, no tiene sentido bajar precios desmesuradamente sin tener en cuenta la percepción de valor.
A continuación te explicamos las once principales razones por las cuales la percepción de valor de tu producto o servicio en el mercado podría ser baja. La idea es que analices cada punto y definas cuál es la estrategia que debes seguir para que los clientes entiendan y paguen por tu propuesta de valor.

¿Por qué a tus clientes les parece caro tu producto o servicio?


1. Te estás dirigiendo al segmento de clientes equivocado


Cliente malo
El cliente equivocado jamás va a entender tu propuesta de valor y siempre va considerar que tu producto es caro. El cliente equivocado hace que te desgastes más y que ganes menos. El cliente equivocado te va a pedir que le cobres barato y luego se va a quejar de todo. El cliente equivocado llegará incluso a hablar mal de tu negocio y de tu servicio, haciéndote perder clientes potenciales.
No importa cuan bueno sea tu producto, si te estás dirigiendo al cliente equivocado, siempre vas a desgastarte el doble y al final sólo conseguirás restarle valor a tu negocio.
Es importante que definas el perfil de tu cliente objetivo ideal y te enfoques en crear valor para él. El cliente objetivo ideal aprecia tus valores agregados, está dispuesto a pagarte lo que vales, es rentable para tu negocio y además te recomienda a otros clientes potenciales.
"Sólo hay algo peor que no tener clientes y es tener malos clientes. Un mal cliente puede destruir más rápido su negocio que la misma competencia." -David Gómez, director y fundador de Bien Pensado

2. Crees que todo el mundo es tu cliente (falta de enfoque)


Cuando crees que todo el mundo es tu cliente, terminas desenfocándote y creando productos generalistas, irrelevantes y de poco valor en el mercado. Recuerda que "Querer agradar a todo el mundo es un camino seguro hacía el fracaso".
Creer que todo el mundo es tu cliente te hará caer en el error de querer adaptar tu propuesta de valor a cualquier persona que se acerque a tu negocio, llegando hasta el punto de ofrecer cosas que ni siquiera estás seguro de poder hacer.
Además, cuando no tienes un enfoque claro, terminas haciendo publicidad que es poco redituable porque le "dispara a muchos" y termina convenciendo sólo a algunos pocos.
"Dejemos de hablarle a muchos para convencer a uno. Hablémosle a uno para convencer a muchos." -Fernando Anzures, autor de El Consumidor es el Medio

3. Quieres ser la solución a todos los problemas de tu cliente


Otro error muy común, especialmente en el campo de los profesionales autónomos, es ofrecernos para hacer cosas que no encajan dentro de nuestra propuesta de valor solamente para "asegurar al cliente". Está bien que quieras ofrecer valores agregados y que quieras satisfacer a tus clientes, pero esto no significa que debas aceptar hacer cosas que impliquen un desgaste injustificado para ti o que pongan en riesgo tu imagen profesional.
Desde el principio deja claro cuál es tu enfoque y cuál es tu propuesta de valor para que el cliente te perciba como un profesional especialista en lo que hace, de esta manera su percepción de valor con respecto a ti y tus servicios, será mayor.

4. No hay coherencia en tu propuesta de valor


Propuesta de valor
Todos los elementos de tu propuesta de valor deben ser congruentes y acordes con el precio que estás cobrando. Los detalles son importantes cuando se trata de crear valor.
Si vas a una joyería, notarás que los productos más costosos se encuentran en mostradores separados y que su empaque posee detalles que buscan transmitir la sensación de exclusividad, poder, elegancia y otros elementos que son importantes para quienes compran joyería fina. Sin estos elementos, la percepción de valor del cliente se vería afectada y posiblemente no estaría dispuesto a pagar el precio por la joya.
Detalles como el empaque y presentación del producto, ambientación de tu negocio, organización, limpieza, atención y tu presentación personal, harán que el cliente se sienta más seguro y confiado a la hora de pagar lo que estás cobrando.

5. Los clientes no entienden la propuesta de valor de tu negocio


Si el mercado no percibe diferencia, decidirá por precio
Por otra parte, el problema de tu negocio podría no estar en la propuesta de valor, sino en la estrategia de comunicación y en los canales que estás utilizando para promocionarte.
Alguna vez leí que "la empresa Lamborghini no hace comerciales en TV porque las personas que los pueden comprar no se la pasan mirando televisión". Sea cierta o no esta afirmación, es ideal para entender el principio del marketing efectivo: Enviar el mensaje correcto a la persona indicada, a través del medio adecuado y en el momento oportuno.
Este principio menciona 4 elementos que deben ser congruentes a la hora de hacer marketing: Mensaje, Cliente, Canal y Momento. Conoce a tus clientes, diseña el mensaje que transmita de manera efectiva tu propuesta de valor, elige los canales que potencien tu estrategia de comunicación y envía el mensaje en el momento en que pueda persuadir al cliente.
El mensaje debe ser claro, contundente y persuasivo. Usa palabras simples y acordes con las características de tu segmento de clientes. Si el mercado no entiende tu propuesta de valor, terminará buscando una opción más barata.
Si alguno de los cuatro elementos falla, terminarás hablándole al cliente equivocado o tu inversión en marketing no será rentable.

6. Cuando el cliente te pide una rebaja, no eres capaz de argumentar el Por Qué tu producto vale realmente lo que estás cobrando


Cuánto cobrar
Los clientes compran emocionalmente, pero necesitan argumentos racionales que los hagan sentirse bien consigo mismos al momento de pagar por un producto o servicio. Si un cliente te pide una rebaja, no siempre significa que no tenga dinero o que no esté dispuesto a pagarte lo que estás cobrando, sino que en ese momento el cliente necesita ese argumento racional que le hará sentir que está tomando la decisión correcta.
La mayoría de emprendedores piensa en que está bien bajar el precio para "asegurar el cliente" y que seguro la próxima vez podrán cobrar lo que realmente vale, pero lo que sucede es que ese cliente saldrá de tu negocio con la percepción de que te compró a ti por precio y no por valor; y cuando ese cliente te recomiende a otros clientes potenciales, seguramente les mencionará que deben comprarte porque tú haces descuentos.
Cuando vendemos por valor, los descuentos funcionan muy bien como estrategia de fidelización, pero no son la mejor estrategia de atracción ni de conversión. En lugar de bajar el precio, podrías considerar ofrecer más valor.
Entiende a tus clientes y demuéstrales que tu producto vale lo que van a pagar por él. Ten a la mano argumentos que los hagan sentir que están realizando una compra inteligente.

7. Tu producto o servicio tiene más costos agregados que valores agregados


También puede darse el caso de que tu producto sea caro porque incluye una serie de características o beneficios que incrementan su precio, pero que son irrelevantes para el cliente.
Pregúntate si los beneficios y características que hacen tu producto más costoso que el de la competencia, son realmente importantes y valiosos para el cliente o si se tratan sólo de "Costos Agregados" que no aportan valor a la persona que te está comprando.

8. Crees que ofrecer un producto de "calidad" es suficiente


La calidad por sí misma dejó de ser un valor agregado. Lo mínimo que esperan tus clientes, es que tu producto o servicio sea de calidad.
Tener un producto de calidad no te hace relevante para el mercado. Si realmente quieres llegar a posicionarte como líder de la industria, debes ofrecer experiencias, valores intrinsecos y demostrar a tus clientes que eres una empresa única y diferente.

9. La atención al cliente en tu negocio es mala


Clientes les parece caro tu producto
Sin importar cuan bueno sea tu producto, una mala atención al cliente hará que la percepción de valor se caiga hasta el piso.
Una mala atención hará que jamás quieras volver a entrar a un negocio, te hará sentir insatisfecho y hará que te duela cada peso que pagaste por un producto o servicio.
Los productos de alto valor deben ir acompañados por un servicio impecable y extraordinario... ¿Cómo brindar un servicio extraordinario a tus clientes? No es tan difícil como parece; se trata de entender que estás atendiendo a personas que viven y sienten. Ponte en el lugar de tus clientes y atiéndelos como te gustaría ser atendido a ti.
"Todo el mundo tiene un letrero invisible colgando de su cuello que dice “hazme sentir importante”. Nunca olvides este mensaje al trabajar con la gente." -Mary Kay, fundadora de Mary Kay Cosmetics

10. El cliente te percibe como "uno más" del mercado


Al final o eres diferente o eres barato - Guy Kawasaki
Lo común es poco valorado y rápidamente olvidado. Si los clientes te perciben como "una empresa más" del mercado, significa que estás siendo irrelevante y sólo te buscarán por precio.
Descubre cuál es la esencia de tu negocio, qué es lo que te hace diferente, por qué deberían comparte a ti y no a tu competencia, qué es lo que puedes hacer por tus clientes y que nadie más puede hacer. Descubre cuál es tu diferencial y comunicalo de manera efectiva al mercado.

11. Crees que vender más (o tener más clientes) significa mayores ganancias para tu negocio


Finalmente, otro gran error es creer que asegurar más ventas, significa mayores ganancias para nuestro negocio, pero no siempre es así. Enfocarse en incrementar las ventas sin tener en cuenta el rendimiento del negocio, nos hace caer fácilmente en la tentación de bajar los precios desmesuradamente.
Existen modelos de negocios en los que tener pocos clientes, significa mayor rentabilidad y menor desgaste. El mercadeo y las finanzas deben ir de la mano; el incremento de las ventas debe tener un fundamento financiero.
No se trata de cuántas ventas estás generando, sino de cuántos clientes redituables y felices estás creando.

martes, 19 de julio de 2016

Cómo averiguar todo lo que Google sabe de ti

El siguiente estudio fue tomado de la siguiente fuente:

BBC Mundo

Cómo averiguar todo lo que Google sabe de ti

Image copyrightREUTERS
Image captionComo el Gran Hermano. Sabe mucho.

"Cuando usas los servicios de Google, nos confías tu información".
Así de claro lo dicen, en la primera línea, los términos y condiciones de privacidad del motor de búsqueda más importante del mundo.
Es posible que eso no te sorprenda. Todos sabemos que Google recolecta información sobre nosotros, ¿cierto?
¿Pero exactamente cuánta y de qué tipo de información estamos hablando?
Tu nombre, tu dirección, tu edad, tu correo electrónico. Tu modelo de teléfono, tu proveedor de telefonía celular, tu plan y tu consumo telefónico y de internet.
Las palabras que usas con más frecuencia dentro de tus correos electrónicos.Todos los correos que hayas escrito o recibido, incluido spam. Los nombres de tus contactos y sus direcciones y teléfonos.
Las fotografías que tomas con tu teléfono Android, aunque las hayas borrado y aunque no las subas nunca a ninguna red social. Los sitios a los que vas, dentro y fuera del país; la fecha en la que fuiste y la ruta que tomaste. Qué tan rápido llegaste. La tarjeta de crédito o débito que usas para pagar.
¿Así que Google sabe mucho de ti, cierto? ¿Y de quién es la culpa? Tuya, por supuesto"
Lee Munson, experto en seguridad
Todos los sitios de internet que has visitado en Google, con qué frecuencia y lo que viste dentro de cada uno. En qué idioma buscas. A qué hora navegas. Con quién has hablado vía Hangouts. Qué videos te gustan. Qué música oyes.
Éstas y las demás categorías que incluye el documento de política de privacidad de Google (aquí el link, en inglés) y que contiene 2.874 palabras.
En mi caso, esto se traduce en más de 5gigabytede datos que remontan, por lo menos, a los últimos tres años. ¿De dónde saqué el número? Te lo contaré enseguida.
"¿Así que Google sabe mucho de ti, cierto?", le dice a BBC Mundo Lee Munson, investigador de seguridad de Comparitech.com.
"¿Y de quién es la culpa? Tuya, por supuesto. La gente confía demasiado y comparte sin pensarlo demasiados datos sobre sí, cuando la recompensa es una cuenta gratis de email, un par de gigas extra de almacenamiento en la nube o la posibilidad de pertenecer a un mundo virtual en el que están sus amigos y conocidos".
Todo lo hace de forma muy legal gracias a que marqué esa cajita mágica que decía "de acuerdo" al final de los términos y condiciones.
Pero dejemos la discusión "filosófica" sobre lo que debe y no debe saber, o sobre lo que debemos o no hacer para evitar que sepa o no sepa, para el final.
Déjame mostrarte cómo llegué a esos 5 gb de datos. Y cómo puedes encontrar los tuyos.

"Mi cuenta"

Desde junio del año pasado, Google reúne toda la información que recoge sobre sus usuarios en un lugar unificado llamado "mi cuenta" o "my account", en inglés.
Tienes una cuenta Google si te has hecho un correo Gmail o incluso si alguna vez iniciaste la sesión en un teléfono o tableta Android, si has trabajado documentos con Google Docs o estás registrado en YouTube.
Si no has hecho nunca nada de eso, felicitaciones. Google todavía tendrá tus datos, pero no podrá asociarlos a tu nombreAquí puedes comprobar si eres uno de ellos.
De acuerdo con datos citados por Business Insider en enero de este año, se estima que hay unos 2.200 millones usuarios activos. Así que es bastante probable que tu nombre esté en la lista.
Partamos de tu cuenta de Gmail. El círculo en la esquina superior izquierda con tu inicial es el lugar para empezar.

Paso 1

Obtendrás una pantalla como la que se ve aquí abajo. Subrayé en rojo las categorías "interesantes", en términos de la información que almacena.
"Revisión de seguridad" y "revisión de privacidad" son dos ventanas que permiten ajustar y restringir información directamente.
Pero vamos a seguir la opción marcada con la fecha: la pestaña de "Mi actividad".

La información de

"Mi actividad" abre, de nuevo, un sinfín de opciones.
La vista que muestro a continuación es la general (que aquí aparece en inglés, a pesar de que cuenta está configurada con "español" como lenguaje primario). Incluye por defecto la actividad del día en las categorías de YouTube, búsqueda, avisos, noticias y la sección de ayuda, ítem por ítem.
Pero se puede filtrar por fecha y por producto específico, haciendo clic donde indica la flecha.
Te apuntamos también el lugar donde tienes la opción de limpiar tu historial.
Para antes de que puedas hacer efectiva la medida, te aparecerá un mensaje de Google que reza: "Tu actividad puede hacer que Google te sea más útil, con mejores opciones de transporte a través de los mapas y mejores resultados de búsqueda".

Historial y borrar historial

Tú decides si el argumento te convence.
En la esquina superior izquierda, en la figura de la "hamburguesa" (las tres rayas horizontales o ícono de menú) abre otro mundo de datos.
Utiliza la opción de "otra actividad en Google" para acceder a lo que la empresa guarda sobre tus traslados, tu teléfono y más.

Dentro de

Por razones que enteramente desconozco, mi historial de ubicaciones está apagado. Pero como podrás notar en la siguiente captura de pantalla, si estuviera encendido habría un registro por fecha de mis movimientos, marcados en un mapa.
Todo lo que he hecho por la vía de los Google Maps, sin embargo, sí está registrado. Para ver todos los datos en esta categoría vuelve a "mi actividad" y filtra el resultado por "maps" y "maps timeline".
Google me da la opción de decirle la dirección de mi casa y de mi trabajo. Gracias, Google, creo que ya sabes suficiente de mí de todas maneras.

Historial de ubicación

Otra categoría reveladora es la de anuncios. Para llegar allí, vuelve al primer paso, "mi cuenta".
Presiona "configuración de anuncios". Una vez ahí, ve a "administrar la herramienta de preferencias de anuncios" y descubre qué cree Google que te interesa (sobre la base de lo que buscas con más frecuencia).

Mis preferencias

Algunas categorías son, cuando menos, curiosas (¿billar?, ¿aves de corral?, ¿Bollywood y cine de Asia meridional?). Pero que soy mujer y mi edad Google lo tiene clarísimo.
Si, justo debajo de eso, haces clic en "más información sobre cómo funcionan los anuncios de Google", encontrarás un descargo que indica que Google "no le vende tu información a nadie".
"Buena parte de nuestro negocio se basa en mostrar avisos, tanto en los servicios de Google como en los sitios y aplicaciones móviles que son nuestros socios. Los avisos nos ayudan a mantener el servicio gratis para todos", señala.

¿Pero realmente quieres saber cuánto sabe Google de ti?

Sí, hay más.
En efecto, puedes pedirle a Google que te dé una copia de toda la información que guarda de ti.
Vuelve a "mi cuenta" (recuerda: esquina superior derecha, el círculo con tu inicial). Justo debajo de "configuración de anuncios" está "controla tu contenido". Elige esa opción. Encontrarás una pantalla como ésta:

Pedir una copia de tus datos

"Crear archivo" te llevará a una ventana con la opción de decidir de cuáles servicios te quieres enterar. En mi caso, los pedí todos.
Aunque Google advierte que recopilar los datos puede tomar incluso días, en un par de horas había recibido mis archivos -tres en total- en mi correo Gmail.
Bajarlos tomó otro par de horas. Y abrir algunos de ellos fue un poco complicado: algunos vienen en formatos que no son comunes para los simples mortales acostumbrados a la edición de texto y fotos, como .json o .mbox.

Mi archivo

Mis 5 gb son relativamente poco. Y como se puede ver, a falta de usarlas, en varias categorías no hay datos. Por ejemplo, además de "ubicación", resulta que tengo en "pausa" las funciones de "información de los dispositivos" y la "actividad de voz y audio".
Pero mis correos -a los que llegué después de encontrar un programa que abriera .mbox- los tiene todos. Léase, incluyendo Spam y Borrados ("Trash"). Puedes darte una idea por la siguiente captura de pantalla.
No es posible acceder a una lista de "palabras más usadas" en mis correos,pero Google reconoce que hay un proceso "totalmente automatizado" de monitoreo de los mensajes.
"Por ejemplo, si has recibido recientemente muchos mensajes sobre fotografía o cámaras, es posible que te interese una oferta de una tienda de cámaras local. Por otro lado, si has reportado esos mensajes como correo chatarra, probablemente no estás interesado en la oferta. Este tipo de procesamiento automatizado es el método que muchos proveedores de correo usan para ofrecer cosas como filtros de correo chatarra y corrector de errores", dice en una de sus páginas de ayuda.

Archivo de correos

Y, quizás aun más asombroso, también tiene las fotos. Todas y cada una de las que he tomado con mi teléfono, desde hace más de dos años. Borradas o no. Compartidas o no.

¿Cómo es todo esto posible?

La respuesta corta es porque todo tiene un precio.
No pagas tu correo ni tu servicio de videos en dinero contante y sonante, sino en datos.
Como dice Lee Munson, investigador de seguridad de Comparitech, "la información es la nueva moneda de cambio".
"Es una mina de oro. Para Google ha representado miles de millones de dólares", lo respalda Jonathan Sander, vicepresidente de Estrategia de Producto de Lieberman Software.
Y eso es Google, que consistente con su interés declarado de actuar con transparencia, permite que veas -si bien por un método un poco engorroso- lo que sabe de ti.
¿Pero qué hay de Facebook u otras páginas, grandes o pequeñas, que te piden un correo, una dirección, un tarjeta de crédito?

Logotipos de Google en unas cajas de coloresImage copyrightAFP
Image captionLos datos son la moneda de pago para Google.

"Si quieres saber quién te está haciendo seguimiento, usa esta regla: si el servicio es gratis, tus datos son el producto", le dice Sander a BBC Mundo.
"Todo el mundo lo hace, desde los servicios de seguridad (de los gobiernos, supuestamente) hasta el humilde blog que sólo tú y un par de personas más leen", apunta Munson.
¿Es legal esto? Desde que dices que estás "de acuerdo" con esos Términos y Condiciones que no lees, simplemente te estás entregando.
Lo cual no quiere decir que no hay quién lo dispute.
"La legalidad e interpretación de la ley depende de las regulaciones y lineamientos locales", le dice a BBC Mundo Mark James, experto en seguridad de la firma ESET.
"Google y Europa se han enfrentado con frecuencia en temas como privacidad, monopolio, derecho a ser olvidado, recolección de datos, etc. En algunos casos la compañía ha sido multada, pero mayormente se ha determinado que opera dentro del marco legal".

Qué hacer

¿Estamos a su merced entonces?
Los expertos que consultamos coinciden en que hay muy poco que pueda hacerse.
"Uno tiene que hacer un esfuerzo consciente y concertado para evitar ser seguido. Por ejemplo, no usando Google o haciendo diferentes actividades en máquinas distintas, o con cuentas diferentes", dice James.
"Considera la posibilidad de apagar la ubicación, de usar cuentas de correo que en realidad no utilizas para entrar a sitios de compras, de utilizar fechas de nacimiento ligeramente incorrectas donde sea legalmente posible y nunca, nunca, nunca, le digas a Facebook, Twitter u otra red social qué comiste en el desayuno, y mucho menos tus detalles personales y los principales eventos de tu vida", aconseja Munson.