lunes, 16 de enero de 2017

SLAM (Simulation Languaje for Alternative Modeling)

SLAM 

(Simulation Languaje for Alternative Modeling) 


Es un lenguaje de simulación por el cual se pueden construir modelos con orientación al proceso o al evento. SLAM fue desarrollado en 1979 por Dennis Pedge y Alan Pritsker y es distribuido por Pritsker Corporation (indianapolis, Indiana). La parte de SLAM que se orienta a los procesos emplea una estructura reticular compuesta por símbolos de nodos y ramas tales como colas, servidores y puntos de decisión. Modelamiento significa incorporar esos símbolos a un modelo de red que representa el sistema y en donde las entidades (ítems) pasan a través de la red. SLAM contiene un procesador que convierte la representación visual del sistema a un conjunto de sentencias.

La parte orientada a los eventos permite incluir rutinas en FORTRAN para las relaciones lógicas y matemáticas que describen los cambios en los eventos.

Un modelo continuo es especificado por las ecuaciones diferenciales o de diferencia, el que describe la conducta dinámica de las variables de estado. El modelador codifica esas ecuaciones en FORTRAN, empleando un juego especial de arreglos de almacén SLAM.

El SLAM simplifica el modelamiento de sistemas complejos, combinando el uso fácil de lenguaje de proceso como GPSS y Q-GERT con la potencia y flexibilidad del lenguaje de eventos GASP IV.

CARACTERÍSTICAS:
  • Es un lenguaje que proporciona red de símbolos
  • Contiene subprogramas de apoyo y especifica la estructura.
  • Permite al analista desarrollar modelos de un proceso de interacción.


IMPORTANCIA:

Es importante porque ayuda al estudio del efecto de cambios internos y externos de sistemas, puede ser utilizada para experimentar con nuevas situaciones sobre las cuales tiene poca información.

VENTAJAS:
  • Puede ser usado parar analizar y sintetizar una compleja y extensa situación real.
  • Permite la inclusión de complicaciones del mundo real.
  • Facilita al usuario en la formulación de modelos de simulación.

DESVENTAJAS:
  • El SLAM no genera soluciones optimas a problemas de análisis cuantitativos.
  • Las soluciones e inferencias no son usualmente transferibles a otros problemas.

sábado, 14 de enero de 2017

Actitudes que tienen hartos a los profesores en el aula



Actitudes que tienen hartos a los profesores en el aula

"La causa de estas quejas no es solo la pereza cognitiva del alumno, sino también lo que el profesor y la universidad ofrecen como cultura académica", dice Mauricio Pérez Abril.

No leer, chatear por el móvil y comer en clase, aspectos que sacan de quicio a los académicos.

Algunos llevan décadas enseñando en las aulas, varios se cuentan entre los mejor evaluados por sus alumnos, unos dan clase en los primeros años de universidad, y otros, a los que están al final de la carrera. Hay quienes enseñan en carreras humanistas, otros son cien por ciento matemáticos.

El abanico es amplio, pero la coincidencia en las actitudes que más les molestan, desde lo anecdótico a temas más preocupantes.

Ley del mínimo esfuerzo
La lógica instrumental desmotiva a varios profesores. “Lo que más me molesta es cuando preguntan: ‘¿esto entra para la prueba?’, con la idea implícita de ‘si no, no me importa’. A veces creo que hay alumnos que solo quieren sacar el título. No les interesa aprender”, analiza un profesor senior. El más joven se queja de lo mismo: “Preguntan: ‘¡¿hay que leer todo el texto?!’, ‘pero, ¿qué va a entrar en la prueba?’. Es la ley del mínimo esfuerzo”.

“En quinto año, si estiman que lo que uno pasa no les va a servir, simplemente no vienen”, agrega una docente. “El alumno hoy está articulado alrededor de ‘para qué sirve’ lo que le enseñan, qué utilidad tiene –agrega otro–. Y hay contenidos que apuntan solo a desarrollar la capacidad reflexiva. Les digo: ‘sirve para que sean más inteligentes. Para que en la próxima reunión familiar parezcan más cultos’ ”, ironiza.

Miran para otro lado
Si no leen, no es raro que su participación en las clases sea escasa. “No opinan. Uno pregunta y es como si pasaran un millón de ángeles. Hay hasta un minuto de silencio, y ellos miran para otro lado”, dice un profesor joven.

Otro que lleva años dictando cátedra coincide: “A veces algunos hablan aunque no sepan, pero en muchos casos es el cementerio total. Tienes que mirarlos fijo para que se sientan obligados a hablar”.

“Es frustrante –agrega otro–, porque uno prepara material antes de la clase, lleva casos para analizar y espera tener una clase participativa, pero te das cuenta de que no se puede, porque ellos no leyeron. Los que opinan son siempre los mismos, cuatro o cinco. Y los otros se empiezan a aburrir y agarran el celular”, dice.

El móvil es más importante
“La regla es que si el celular suena, el dueño tiene que salir a hacer una gracia frente al curso, como recitar o bailar. Como son tímidos, funciona”, cuenta un profesor sobre su experiencia. Pocos, sin embargo, logran disimular el uso de WhatsApp y redes sociales. “Mandan mensajes por debajo de la mesa y sonríen como bobos, pensando que uno no se da cuenta”, delata uno. En otra universidad, “los sacan descaradamente y chatean. Uno no puede retarlos. No estamos en el colegio”, dice una profesora.

Y otro se queja: “Parece que el mensaje que les mandan es más importante que la clase. “Intentan disimular, porque saben que me enfurezco. Les digo: ‘mándele saludos a su noviecita’, y ahí lo guardan”.

Impuntuales y comelones
Para los académicos, hay actitudes de sus alumnos impensables cuando ellos fueron estudiantes. “Comen en clases. Sacan barras de cereal, bebidas... Yo tiré la toalla con la gente comiendo en clase”. La impuntualidad de algunos también es motivo de fastidio. “Llegan 10 minutos tarde y se enojan porque no los dejas entrar”. Otra queja de quienes tienen años de docencia es el saludo. “Que las estudiantes lleguen saludando de beso me incomoda. Quiebra la distancia de autoridad necesaria”, dice otro.

‘Súbame la noooota’
Al final del año suelen aparecer estudiantes abrumados por una nota que no les alcanza para pasar. “Considero extraordinariamente irritante que invoquen razones extracurriculares para subirles la nota, como ‘soy el primero de la familia que llega a la universidad’ o ‘con esta nota voy a perder la beca’. ¡Uno no puede subir notas por razones humanitarias o compasión!”, señala un profesor joven, que condena igualmente a “algunas chicas que esbozan una sonrisita para que le subas la nota o incluso visten provocativamente, con escotes, por si les funciona”.

‘No alcancé a leerlo’
Leer parece ser una costumbre en retirada en la actual generación de estudiantes, pues es el más reiterado y vehemente reclamo de los profesores. “Lo que más me molesta es que jamás leen. Si no hay prueba, no leen, y cuando leen te das cuenta de que además tienen muy poca comprensión de lectura”. “El concepto de lectura obligatoria no significa nada para ellos, aunque figure en el programa. No está en su hábito hacerse un plan de lectura”, reclaman dos profesores del área de ciencias sociales. Y otro agrega, “entonces uno, como las abuelitas, tiene que empezar a contarles de qué se trataba el texto y decirles ‘esto es lo principal’, y ellos anotan y anotan, en una actividad intelectual totalmente pasiva”.

Estudiar nunca fue más fácil que ahora. No hay excusa alguna para no estudiar o investigar.!

Ojalá hubiera sido así en mis tiempos.!


Relato de tres generaciones.!

 

Siempre me pregunte porque mi abuelo giraba su cabeza de un lado hacia el otro mientras profería chasquidos con su boca cada vez que me veía estudiar! Eso se repitió con mi padre cuando ya tenía más edad, era una especie de ritual pensaba yo! Hasta que un día le pregunte? cual era el motivo de esos gestos? Y con simples palabras me respondió; No lo tomes a mal, pero ojalá hubiese tenido yo esa facilidad para estudiar e investigar! 


Bingo.! Eran ellos los del problema, así que aproveche los momentos de lucidez de mi abuelo cuando no estaba con su actual amigo AlZimer y le pregunte co el estudio y lo que respondió no encajaba en mi lógica más bien era algo de ciencia ficción, hablo de hacer citas con personas para que lo atendieran y explicaran cosas que querían saber y en ocasiones estaban en otras ciudades, dijo que no podían preguntar cosas básicas ya que ya debían saberlas antes de hablar con esos "sabios" y que simplemente tenían un tiempo contado para aprovechar de esa sabiduría.

Pensé que había perdido la noción del tiempo y el espacio en su mente porque dijo cosas como que un trabajo de investigación podría durar semanas e incluso meses.! Y pensé; ya entendí.! Mi abuelo no le gustaba estudiar.!

Así que pregunte luego a mi padre y él me corroboro lo de mi abuelo, así que me asuste porque pensé que la demencia se contagiaba, esta era la oportunidad para demostrar al gremio científico que yo con tres personas demostraría algo que ellos nunca pudieron demostrar con estadísticas. Pero bueno antes de ir a la prensa y comentar mi hallazgo, ahonde y él me comento que sus estudios e investigaciones no fueron tan traumáticas, que él solo asistía a clases y que para indagar tenían unas enciclopedias en papel de 16 o más tomos con gigantescos diccionarios que pesaban un mundo, que algo más profundo iban a una biblioteca, y allí estaba un compendio de libros por  temas y que tenían un horario.! Que demorada hasta dos s mañas para desarrollar un tema o estudiar algo especifico. Claro los libros especializados allí no estaban y debían comprarlos en otras librerías donde? Solo gente selecta iba a adquirir esos libros que ni en los sueños pensaban en prestarlos o sus padres los castigarían como Zeus a Hércules por sus travesuras, proliferando rayos y centellas como si se tratara de un delito capital.! 

Hice un guiño con el ojo, y mi voz interior susurro, será que él lo hacía así para hacérselo tortuoso a mi abuelo y al igual que él tampoco quería estudiar?

En fin y para no divagar más en la imaginación tan vivida de la historia de amor y dolor que comento mi padre; le pregunte sobre los tics nerviosos que manifestaban al verme investigar y respondió; ojalá hubiera tenido yo esos m dios para estudiar.! 

Seguía sin  entender.!  Hasta que caí en cuenta, tienen razón porque no lo había comparado.! En mi mundo digital asumí que siempre había sido igual.! Pensé que mi abuelo tenía una PC de escritorio y mi papa una laptop y con eso estudiaron.! Pero no.! Ese mundo mágico del n donde con poco esfuerzo todo estaba a la mano como obra de Peter Pan en la tierra del nunca jamás, solo lo vieron hoy.
Es verdad no hay excusa alguna para no estudiar o investigar.! Todo esta tan lejos como la yema de nuestros dedos, las aulas ya están en los computadores y hasta los dispositivos móviles accedan a estas, puedes opinar, intervenir y realizar un análisis en un abrir y cerrar de ojos, en solo instantes de tiempos. Los gurú es del conocimiento se transformaron en blogs en emails, las enciclopedias son wikis y los diccionarios están en la rae y no debes gastar para tener el mas actualizado ya que nunca lo estarán porque hay miles de duendes que los reescriben a cada instante.

La distancia máxima del conocimiento actual es de tus ojos a la pantalla de tu dispositivo. Crear un libro que tomaba años lo podemos hacer en semanas porque hay espacios para publicaciones y ventas rápidas sin moverte de tu asiento.

Caramba.! Si.! Quien no estudia hoy en día, es porque realmente no quiere estudiar.!
Muestra de ello esta publicación la estoy haciendo desde un teléfono.!



Prof. Ing. Stenta B., Antonio J.